(Propuesta por Charles Darwin)
La explicación propuesta por Darwin del origen de las especies y del mecanismo de la selección natural, a la luz de los conocimientos científicos de la época, constituye un gran paso en la coherencia del conocimiento del mundo vivo y de las ideas sobre evolución presentes con anterioridad. Se trataba de una teoría compuesta por un amplio abanico de subteorías que ni conceptual ni históricamente fueron indisociables (véase el artículo dedicado a El Origen de las Especies para una revisión completa de todas ellas). Fundamentalmente, las dos grandes teorías defendidas en el Origen fueron, por un lado, la teoría del origen común o comunidad de descendencia, en la que se integran evidencias muy variadas en favor del hecho de la evolución, y, por otro, la teoría de la selección natural, que establece el mecanismo del cambio evolutivo. De este modo, Darwin pretendía resolver los dos grandes problemas de la historia natural: la unidad de tipo y las condiciones de existencia.
La "selección natural" es la competencia que se produce entre individuos que son parte de la misma especie pero que, a la vez, son genéticamente diferentes. Según Darwin, la selección natural conservará las mejores variaciones y se deshará de las no tan buenas.
Teoría de los Caracteres Adquiridos:
(Teoría establecida por Jean-Baptiste Lamarck)
Parece lógico que la evolución de las especies guarde relación directa con los hábitos de vida de los individuos que las componen. Si nuestros antepasados vivían en los árboles y se desplazaban por ellos, sería natural que se entrenasen durante la vida en saltar y trepar. Así se producirían alteraciones en su constitución física que sus hijos y nietos heredarían, y que éstos ampliarían y transmitirían mejoradas, a la siguiente generación. Si un día unos monos adoptaron la costumbre de bajar de los árboles y caminar en el suelo sobre sus piernas, el ejercicio de esta actividad facilitaría las cosas a sus vástagos, que de continuar con esa nueva forma de locomoción irían modificando por el uso, generación tras generación, las estructuras anatómicas necesaria para la bipedestación. Esta teoría fue descartada por los experimentos y estudios de Gregor Mendel en la herencia genética por que: sencillamente hagamos lo que hagamos, no podemos modificar los genes que heredarán nuestros hijos. Ellos tendrán que empezar desde cero. Las leyes de la herencia biológica no son como las leyes humanas.